Das Erste Spanische Lesebuch für Anfänger - Stufen A1 und A2 Zweisprachig mit Spanisch-deutscher Übersetzung, Audiodateien inkl.
von: Lisa Katharina May
Audiolego, 2017
ISBN: 6610000040032
Sprache: Deutsch
160 Seiten, Download: 6028 KB
Format: EPUB, auch als Online-Lesen
Mehr zum Inhalt
Das Erste Spanische Lesebuch für Anfänger - Stufen A1 und A2 Zweisprachig mit Spanisch-deutscher Übersetzung, Audiodateien inkl.
Los paracaidistas
Die Fallschirmspringer
Palabras
1. ah... – ah...
2. aire – Luft
3. amarillo – gelb
4. asociación – Verein
5. aterrizar – landen
6. avión – Flugzeug
7. avisar – Bescheid sagen
8. blanco, blanca – weiß
9. cerrar – schließen
10. chaqueta – Jacke
11. cielo – Himmel
12. coger – fangen
13. creer – glauben
14. enganchado – verhakt, festhängend
15. exhibición de vuelo – Flugshow
16. dentro – (dr)innen
17. empujar – stoßen
18. entrenar – trainieren (entrenado – trainiert)
19. equipo – Team
20. escena – Szene, Aktion
21. genial – genial
22. goma – Gummi
23. grande – groß
24. hacer – machen
25. igual – gleich
26. líder – Führer
27. Martín (nombre) – Martin (Name)
28. metal – Metall
29. miembro – Mitglied
30. muñeco – Puppe
31. nueve – neun
32. pantalones – Hose
33. ¿para qué? – wofür
34. paracaídas – Fallschirm
35. paracaidista – Fallschirmspringer
36. piloto – Pilot
37. por cierto – übrigens
38. preparar – vorbereiten
39. propio – eigene, eigener, eigenes
40. público – Zuschauer
41. real – wirklich
42. rojo – rot
43. salvar – retten
44. salvamento – Rettung
45. si (condicional) – wenn, falls
46. techo – Dach
47. tranquilamente – ruhig
48. vestido, vestida – angezogen, bekleidet
Los paracaidistas
Por la mañana Robert va a la habitación de Paul. Paul está sentado en la mesa y está escribiendo. Favorite, el gato de Paul, está sentado en la cama de Paul. Está durmiendo tranquilamente.
–¿Puedo entrar? –pregunta Robert.
–Oh, Robert. Entra. ¿Cómo estás? –responde Paul.
–Bien, gracias. ¿Y tú? –dice Robert.
–Bien, gracias. Siéntate –responde Paul. Robert se sienta en una silla.
–Ya sabes que soy miembro en una asociación de paracaidistas. Hoy tenemos una exhibición de vuelo. –dice Robert–. Haré algunos saltos.
–Me parece muy interesante –responde Paul–. Quizá vendré a ver la exhibición.
–Si quieres, te puedo llevar y puedes volar en uno de los aviones –dice Robert.
–¿De verdad? ¡Sería genial! –grita Paul–. ¿A qué hora es la exhibición?
–Comienza a las diez de la mañana –contesta Robert–. David también vendrá. Por cierto, necesitamos ayuda para tirar un muñeco vestido de paracaidista del avión. ¿Podrías ayudarnos?
–¿Un muñeco vestido de paracaidista? ¿Para qué? –pregunta Paul sorprendido.
–Ah, sabes, es parte de la exhibición –dice Robert–. Es una escena de salvamento. El muñeco cae y en este instante un paracaidista real vuela hacia allí, lo coge y abre su propio paracaídas. ¡Y el «hombre» está salvado!
–¡Genial! –responde Paul–. Os ayudaré. ¡Vayámonos!
Paul y Robert salen fuera. Van a la parada de autobús Olympic y cogen el bus. Sólo tardan diez minutos para llegar a la exhibición de vuelo. Al salir del bus ven a David.
–Hola, David –dice Robert–. Vayamos al avión.
Al lado del avión ven a un equipo de paracaidistas. El líder del equipo lleva un pantalón rojo y una chaqueta roja.
–Hola, Martín –dice Robert–. Paul y David nos ayudarán en la escena de salvamento.
–Vale. Aquí está el muñeco. –dice Martín–. Les da el muñeco paracaidista. El muñeco lleva un pantalón rojo y una chaqueta roja.
–Está vestido igual que tú –dice David, sonriéndole a Martín.
–No tenemos tiempo para hablarlo –dice Martín–. Llevadlo al avión.
Paul y David suben el muñeco al avión. Se sientan al lado del piloto. Todo el equipo de paracaidistas menos el líder entran en el avión. Cierran la puerta. Cinco minutos después el avión ya está en el aire. Al volar sobre Barcelona, David ve su casa.
–¡Mira! ¡Allí está mi casa! –grita David.
Paul mira a través de la ventana y ve calles, plazas y parques. Es maravilloso volar en un avión.
–¡Preparaos para el salto! –grita el piloto. Los paracaidistas se levantan. Abren la puerta.
–Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno. ¡Ya! –grita el piloto.
Los paracaidistas comienzan a saltar del avión. El público ve bajar paracaídas rojos, verdes, blancos, azules y amarillos. Es muy bonito. Martín, el líder del equipo, también mira hacia el cielo. Los paracaidistas bajan y algunos ya aterrizan.
–Bien, buen trabajo, chicos –dice Martín y va a una cafetería cercana para tomarse un café. La exhibición de vuelo sigue.
–¡Preparaos para el salvamento! –grita el piloto. David y Paul llevan el muñeco hacia la puerta.
–Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno. ¡Ya! –grita el piloto.
Paul y David tiran el muñeco por la puerta. Cae, pero queda enganchado. Su mano de goma ha quedado enganchada en una parte metálica del avión.
–¡Venga, vamos chicos! –grita el piloto.
Los chicos estiran el muñeco con toda su fuerza, pero no lo pueden sacar.
El público abajo va a un hombre, vestido de rojo, enganchado en la puerta del avión. Dos hombres intentan empujarle fuera. La gente no se lo puede creer. Un minuto después el paracaidista en rojo empieza a caer. Otro paracaidista salta del avión e intenta cogerlo, pero no lo consigue. El paracaidista en rojo sigue cayendo. Cae a través del techado de la cafetería. El público lo observa en silencio. Después ven a un hombre, vestido de rojo, salir corriendo de la cafetería. Este hombre en rojo es Martín, el líder del equipo de paracaidistas. Pero el público piensa que es el paracaidista que cayó. Martín mira hacia arriba y grita enfadado –Si no sabéis coger a un hombre, no lo intentéis!
El público está en silencio.
–Papá, este hombre es muy fuerte –le dice una niña pequeña a su padre.
–Está bien entrenado –contesta el padre.
Después de la exhibición de vuelo David y Paul se acercan a Robert.
–¿Cómo lo hemos hecho? –pregunta David.
–Ejem... Muy bien. Gracias –contesta Robert.
–Si necesitas ayuda con algo, avísanos –dice Paul.
Die Fallschirmspringer
Es ist Morgen. Robert kommt in Pauls Zimmer. Paul sitzt am Tisch und schreibt etwas. Pauls Katze Favorite sitzt auf Pauls Bett. Sie schläft ruhig.
„Kann ich reinkommen?”, fragt Robert.
„Oh, Robert. Komm rein. Wie geht’s dir?”, antwortet Paul.
„Gut, danke. Und dir?”, sagt Robert.
„Danke, auch gut. Setz dich”, antwortet Paul.
Robert setzt sich auf einen Stuhl.
„Du weißt doch, dass ich Mitglied in einem Fallschirmspringerverein bin. Wir haben heute eine Flugschau”, sagt Robert. „Ich werde ein paar Sprünge machen”.
„Das ist interessant”, antwortet Paul. „Ich komme vielleicht zuschauen.”
„Wenn du willst, kann ich dich mitnehmen und du kannst in einem Flugzeug mitfliegen”, sagt Robert.
„Echt? Das wäre super!”, ruft Paul. „Um wie viel Uhr ist die Flugschau?”
„Sie fängt um zehn Uhr morgens an”, antwortet Robert. „David kommt auch. Übrigens, wir brauchen Hilfe, eine Fallschirmspringerpuppe aus dem Flugzeug zu werfen. Kannst du helfen?”
„Eine Fallschirmspringerpuppe? Warum?”, fragt Paul überrascht.
„Ach, weißt du, das ist ein Teil der Schau”, sagt Robert. „Es ist ein Rettungstrick. Die Puppe fällt herunter. In dem Moment fliegt ein echter Fallschirmspringer zu ihr, fängt sie und öffnet seinen eigenen Fallschirm. Der „Mann” ist gerettet!”
„Toll!”, antwortet Paul. „Ich helfe. Lass uns gehen!”
Paul und Robert gehen nach draußen. Sie kommen zur Bushaltestelle Olympic und nehmen einen Bus. Es dauert nur zehn Minuten bis zur Flugschau. Als sie aus dem Bus steigen, sehen sie David.
„Hallo David”, sagt Robert. „Lass uns zum Flugzeug gehen.“
Beim Flugzeug sehen sie eine Fallschirmspringermannschaft. Der Führer der Mannschaft hat eine rote Hose und eine rote Jacke an.
„Hallo Martin”, sagt Robert. „Paul und David helfen beim Rettungstrick.“
„Okay. Hier ist die Puppe”, sagt Martin. Er gibt ihnen die Fallschirmspringerpuppe. Die Puppe trägt eine rote Hose und eine rote Jacke.
„Sie trägt die gleiche Kleidung wie du”, sagt David und grinst Martin an.
„Wir haben keine Zeit, darüber zu reden”, sagt Martin. „Nehmt sie mit in dieses Flugzeug.
Paul und David bringen die Puppe ins Flugzeug. Sie...
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